martes, 18 de diciembre de 2012

¿Y si fuera al revés?

Él está tumbado, medio tirado, en el sillón. La camiseta sin mangas, deja notar una enorme barriga cervecera. Con los pantaloncitos cortos y las zapatillas de dedo, sus peludas piernas descansan sobre el cojín del suelo. La barba no afeitada del fin de semana, el brillo del sudor en su cara y el poco pelo que le queda despeinado, terminan de describir la estampa.
En la mano, una cerveza. En la otra, el mando del televisor. En la mesa, dos latas de cerveza ya vacías, el cenicero lleno y un plato con cáscaras de cacahuetes. El cigarrillo, colgando de la comisura de la boca. Viendo el partido de fútbol en la televisión, apenas dice ni hace nada si no es para acordarse de la familia del árbitro.

Ella sale de su habitación, monísima. Guapa, elegante, arreglada y perfumada, pasa por delante de él cuando le pregunta:

- ¿Adonde vas tan empingorotada?

Ella le contesta:

- A dar un paseo con mis amigas.

Antes de salir por la puerta, se detiene un momento, se queda mirando el lamentable cuadro y se hace, en alto, esta pregunta:

- ¿Será posible que yo un día vuelva a amarte?

A lo que él, sin apartar los ojos del televisor, responde:

 - Y tú, ¿cuándo ( ) has estado en Marte?

3 comentarios:

Dácil Muñoz dijo...

Jajajaja Buenísimo, aunque con un fondo muy triste.

Mara dijo...

Dice ella "Mi vida... ¿cuando vas a comprarme una joya?...
Dice él: "¿A que vendes? ¿Desde cuando?"

Un beso. Buen chiste!

Beatrice dijo...

Mara, me encanta tu participación. Un rato de risas no viene nada mal.
Mándame algún que otro chiste que los publicamos de vez en cuando.
Besos, Princesa.