
Luego les repaso los deberes, para ver si hay algo que "se les olvidó" hacer y en caso de que suceda esta contrariedad les doy un poco de aliento para que lo dejen todo terminado. Y todos felices y satisfechos.
Hoy he repasado con uno de ellos los deberes de religión, unas pregustas de catecismo, sencillas y las Obras de Misericordia.
Para mi es un repaso de lo que estudié de niña, porque las cosas se olvidan, al menos en la teoría. Recuerdo que son 14 en dos grupos de 7, corporales y espirituales, pero cuando quiero hacer recuerdo de cada una de ellas me avergüenza ver que soy incapaz. (También me pasa con los ríos de España y con los logaritmos neperianos, debe ser cosa de la edad).
Las obras de misericordia son "las distintas acciones con que ayudamos a los demás en sus necesidades". Eso dice el libro de mi hijo. Esto es lo teórico, porque todos podemos decir que la práctica de ayudar a los demás en sus necesidades la realizamos a diario. Pero concretemos, (hoy sólo las que se refieren al cuerpo o a lo material, las corporales):
Visitar a los presos. Uf... le doy vueltas y no se cómo concretar esto. Acepto sugerencias vía comentarios.
Dar de comer a quien tiene hambre, y aunque no lo tenga, cada día a mis hijos: desayudo, comida, merienda y cena.
Dar agua al que tiene sed, tres cuartos de lo mismo.
Acoger al forastero, me parece más difícil, porque en casa no meto un desconocido. Pero de repente llega un compañero nuevo al trabajo y... le ponemos verde sin conocerle o no le facilitamos las cosas. Vamos, que como te descuides no le dices donde está el WC, ni la maquina de café, ni la fotocopiadora. Ahí está el forastero.
Vestir al desnudo o proporcionar la ropa necesaria a los míos. La necesaria, lo que pasa de ahí puedo dárselo a otros. Y en cuanto a dar, soy de la opinión que lo que ha estado en el armario sin poner durante toda la temporada es innecesario, se puede dar a quien le venga bien. Hay organizaciones que recogen ropa para hacerla llegar a otros.
Cuidar a los enfermos o visitar a los mayores de la familia, o a esa tía pesada que "está fatal de lo suyo" y que te horroriza porque te cuenta unas batallas que no te interesan nada, o....

Enterrar a los muertos. Hoy en día parece que esto no tiene el mínimo problema, es de uso común.
En conclusión: esto se puede vivir con independencia del credo que se profese, de la condición social de cada uno y de la capacidad económica que se disfrute.
¡Qué bueno que nos aplicáramos más en esto de ayudar a los demás!
(Se admiten sugerencias para ponerlas en práctica, me ayudará mucho)