En
la mano, una cerveza. En la otra, el mando del televisor. En la
mesa, dos latas de cerveza ya vacías, el cenicero lleno y un plato con
cáscaras de cacahuetes. El cigarrillo, colgando de la comisura de la
boca. Viendo el partido de fútbol en la televisión, apenas dice ni hace
nada si no es para acordarse de la familia del árbitro.
Ella sale de su habitación, monísima. Guapa, elegante, arreglada y perfumada, pasa por delante de él cuando le pregunta:
- ¿Adonde vas tan empingorotada?
Ella le contesta:
- A dar un paseo con mis amigas.
Ella sale de su habitación, monísima. Guapa, elegante, arreglada y perfumada, pasa por delante de él cuando le pregunta:
- ¿Adonde vas tan empingorotada?
Ella le contesta:
- A dar un paseo con mis amigas.
Antes de salir por la puerta, se detiene un momento, se queda mirando el lamentable cuadro y se hace, en alto, esta pregunta:
- ¿Será posible que yo un día vuelva a amarte?
A lo que él, sin apartar los ojos del televisor, responde:
- Y tú, ¿cuándo ( ) has estado en Marte?
3 comentarios:
Jajajaja Buenísimo, aunque con un fondo muy triste.
Dice ella "Mi vida... ¿cuando vas a comprarme una joya?...
Dice él: "¿A que vendes? ¿Desde cuando?"
Un beso. Buen chiste!
Mara, me encanta tu participación. Un rato de risas no viene nada mal.
Mándame algún que otro chiste que los publicamos de vez en cuando.
Besos, Princesa.
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